Género: Narrativa - Romántica
Es una novela que narra dos historias paralelas, la misma familia, un siglo de diferencia. Por un lado tenemos la historia central, una abogada alemana que ha pillado al marido poniéndole los cuernos. En seguida le avisan de que su tía se está muriendo y ella, como es una chica de bien, se va corriendo a Inglaterra en donde el mayordomo de su tía le espera con la limusina para llevarla a la UCI y de vuelta a la mansión familiar.
Como suele pasar en estas historias, la magnífica tía moribunda le hace prometer a nuestra prota que investigue el gran secreto familiar, el porqué su tataratatarabuelo desheredó a su hija.
Así que como la señora puede permitirse lo de dejar a sus clientes tirados durante la tira de tiempo y dedicarse a viajar por el mundo, tras descubrir unas pistas se larga a Sri Lanka, donde tiene un contacto, un amigo de un amigo que se compromete a hacerle de guía (Por qué ¿quién no conoce a alguien que tiene amigos en Sri Lanka y que además son historiadores y tienen tan poco que hacer como tú y deciden ir a dar vueltas a ver si encuentran pistas sobre una señorita que vivió en 1887 en una plantación de té?).
Mediante flashbacks vamos reconstruyendo la historia de la tatarabuela de la prota y a la vez vamos siguiendo su relación con su guía (que hombre, das por supuesto desde el principio que se beneficiará a la prota, porqué al menos que saque algo de todo este asunto...).
Lo cierto es que sigue el patrón habitual de los libros de éste género, no tiene ninguna sorpresa, pero está bien escrito y su lectura resulta muy amena.
Como plus, para los amantes del té, resulta especialmente interesante ya que te adentras en toda la historia de las colonias inglesas establecidas en Sri Lanka (Ceilán por aquel entonces) y la India. Yo no soy una gran fan del té, pero la verdad es que me ha resultado muy interesante y me ha hecho ir al super y comprarme una caja de Twinings con un surtido de tés, de repente he recuperado mi interés en desarrollar una relación positiva con la infusión de marras, ¡Qué yo quiero me guste! Al final, después de comparar cuarenta cajas me cogí la única que no tenía la variedad Ceilán de té y cuando me di cuenta me acordé de la madre del topo, pero bueno, estupideces personales a parte, os aviso de que el libro te crea un ansia inmensa de beber té.
Nota: 7/10
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